El horno (del latín «furnum»)[1] es un aparato que almacena el calor, lo genera por medio de combustión y lo mantiene dentro de un compartimento cerrado.[2][3][4] Se utiliza tanto en la cocina para preparar, calentar o secar alimentos, como en la industria. La energía calorífica utilizada para alimentar un horno puede obtenerse directamente, por combustión (leña, gas u otro combustible), radiación (horno solar), o indirectamente, por medio de electricidad (horno eléctrico).